La literatura debería hablar de los grandes problemas de la humanidad. Ir de vientre en un baño público, por ejemplo, es una tragedia cotidiana. Ves que el inodoro de al lado tiene el pestillo echado y esperas. Pero no oyes nada. Y la otra persona sabe que estás ahí. Y tampoco oye nada. Es una guerra fría. ¿Quién romperá el silencio el primero? ¿Quién osará quebrantar la tregua con una cacofonía libertadora?
Lo dicho, una tragedia.